La confianza en uno mismo es la seguridad en nuestras propias capacidades y en nuestras cualidades. Es el convencimiento de que poseemos determinadas aptitudes que nos permiten realizar aquello que deseamos, venciendo obstáculos y realizando un gran esfuerzo, sin desanimarnos en el intento, porque tenemos la certeza firme de que somos capaces de conseguirlo. Es un sentimiento que depende de nosotros, de cómo nos desenvolvamos en nuestro entorno y de nuestras relaciones con los demás. Va creciendo según nuestra actitud ante las circunstancias y según nuestra forma de ver las cosas. Las amistades pueden ser una gran fuente de seguridad en nosotros, tener amigos que nos valoren y respeten hace crecer en nosotros este sentimiento. Parte de la confianza en uno mismo se produce en nuestra infancia y la obtenemos como consecuencia del afecto y del trato que nuestros mayores han tenido hacia nosotros. Es fundamental que en la infancia los niños vayan adquiriendo confianza en ellos mismos, a través de la seguridad que le transmiten sus padres mediante el cariño y la atención que destinan a sus hijos, haciéndoles sentir únicos e irrepetibles. Desde pequeños los padres deben ir reforzándoles sus cualidades y corregir sus defectos, y así lograr en ellos una mayor confianza al obtener un mayor conocimiento y control de sí mismo. Deben hacerlo siempre con mucho cariño y respeto. |
No es confiar bajar el rostro cuando todo sale mal
No es confiar cuando llega la aflicción querer abandonar
No es confiar derrumbar todo tu mundo porque no das más
No es confiar rendirte ante el problema cuando hay que hacerle frente
Es tiempo de aprender a confiar,
Esto es confiar, seguir caminando cuando no das más.
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